Qué es el duelo y cómo ayudar al niño a aceptar la pérdida

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Hoy quiero hablar de nuevo de cómo ayudar a los niños con el duelo por la muerte de un ser querido. Cómo actuar ante la tristeza por la pérdida. Darte alguna actividad o dinámica que poder realizar con el niño que sufre esta situación y cómo ser el apoyo y la fuerza que necesita en uno de los peores momentos de su vida.

La vida no se entiende sin la muerte. Son dos opuestos que equilibran la balanza. Es como el amor y el odio, el valor y el miedo... no puedes apreciar el primero sin el segundo. La vida es maravillosa y hermosa, con todo lo que tiene. Las cosas buenas y las malas hacen que sea una experiencia completa. Para los niños también debe ser así. No podemos apartar lo malo de la vida de los niños o su experiencia de vida será parcial. Sin embargo, hay cosas de las que debemos hablar con cuidado al tratarlas con los niños. Porque aun no son capaces de entender el significado, ni de aceptar esa situación sin que afecte a su caracter o al modo de percibir el entorno. Hoy te cuento qué puedes esperar del duelo en los pequeños y cómo ayudar al niño frente a esta situación.

Hace muchos años, en 2016, hablé de cómo tratar la muerte a raiz de una pequeña experiencia vivída con mi hija, un pez que llevaba horas con nosotros, se murió sin saber porqué. La verdad es que en ese artículo te contaba cómo fue para mi tener que dar esa noticia a una peque tan peque, ella solo tenía 5 años recien cumplidos. Para eso hay que reconocer que la muerte forma parte de la vida, conocer sus características principales para poder comunicarlo mejor, y tener en cuenta que el modo en que se lo digas influye mucho, no solo en la comprensión y asimilación, si no también en el efecto que cause en el niño.

En 2016, que se dice pronto. Y es que este blog lleva en marcha mucho tiempo. Y en este tiempo he encontrado gente con la que colaborar, como es el caso de la escritora de "Noah, inhala y exhala magia" un cuento infantil para gestionar la frustración en los niños del que hicimos una reseña hace dos meses. La autora es psicologa infantil y familiar, especializada en la gestión de emociones en niños. Se ofreció a colaborar en futuros artículos y una, que no tiene mas que el bachillerato, no está para rechazar colaboraciones como está.

Así que hoy cuento con su ayuda para hablar algo mas sobre cómo afrontar la muerte, el duelo que conlleva y superar la pérdida en la familia. Cómo ser el apoyo que tu hij@ necesita (o el de cualquier niñ@ con quien trates y esté en esa situación) y sobre todo cuales son las etapas del duelo en los niños, comprender esto es muy importante para hacer frente adecuadamente al duelo por la pérdida en niños. Pero gracias a ella podré contarte, además, alguna dinámica en la que apoyarte para conversar y afrontar mejor ese momento.
Empecemos por conocer las etapas del duelo en los niños para enfocar nuestras acciones a lo que corresponde en esas etapas. Antes de nada hay que tener en cuenta lo que te contaba en el artículo que escribí hace casi 8 años, que el afecto o la relación que tuviera con el ser querido fallecido (fuese quien fuese, incluso una mascota) va a condicionar el modo en que le afecte la pérdida.

Etapas del duelo en los niños

  • La negación: Aun no se cree lo que ha pasado, no termina de entenderlo y para él no ha ocurrido. Parece que no le afecta pero en realidad se esfuerza en pretender que ese ser querido aun siga con vida.
  • Aflicción corporal: la muerte causa una ansiedad que trae síntomas físicos y emocionales
  • Enfado con el difunto: El niño puede tomarse la muerte como un abandono por parte del difunto. Por lo que se enfada con este y puede expresar indiferencia hacia su muerte.
  • Enfado con los demás: culpa a otros de lo ocurrido y por eso, obviamente, se enfada con ellos.
  • Substitución: El niño busca el afecto perdido en otros.
  • Imitación: comienza a copiar gestos, y acciones, formas de hablar... intenta parecerse a ese ser querido que ha perdido para sentirse mas cerca de este.
  • Idealización: Olvida los fallos y sobrevalora las bondades del difunto. Incluso puede llegar a falsear algunos recuerdos
  • Ansiedad o pánico: el niño se preocupa sobremanera por quién le va a proteger y cuidar ahora.
  • Reacción de culpa: el niño piensa que la muerte le sobrevino al difunto porque el se enfadó o se portó mal. El niño cree que él causó este desenlace por que no es bueno.

Puede que el niño haya jugado a imaginar esta muerte o que la haya deseado en algún momento de enfado o frustración y le otorga un poder mágico a su imaginación, como si de "death note" se tratara.

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Sentirse culpable o sentir miedo a quedarse solo aumenta la sensación de inseguridad en el niño.

El niño podría preguntarse si él a causado la muerte, si le va a pasar a él también o qué será de él a partir de ahora.

Comunicar la muerte al niño, dinámicas que ayudan.

En el artículo del que os hablaba mas arriba, en el del pez, te contaba algunas cosas a tener en cuenta. Ser claros, no usar lenguaje poético, decirlo sin miedo, mantener informado al menor en todo momento contandole lo que necesita saber del modo en que necesita saberlo. Contestar sus preguntas con sencillez y naturalidad y comprender que hay un duelo del que no podemos saltar etapas a nuestro antojo. Hay que permitir al niño que pase el suyo acompañandole en el proceso. Si al contárselo se enfada o llora no te preocupes, es lo normal y debemos dejar que exprese su emoción. Dale tiempo, poco a poco se irá calmando y entonces podrás consolarle.

Deja que exprese sus emociones

Los niños, al igual que los adultos, necesitan expresar sus sentimientos para sanarlos. Por eso, cuando han perdido a un ser querido, puedes utilizar algunos recursos a tu alcance para facilitar esa expresión y permitir que el menor sea capaz de contar lo que siente, aunque le falten las palabras.
Estos recursos son básicos, muy básicos, pero muy efectivos:
  1. El juego: con el que el niño puede evocar el funeral y representar las necesidades que tuvo en ese momento, o las que tendrá si aun no se ha realizado.
  2. El dibujo: Con este podrá expresarse por medio de los temas que aparezcan en lo que dibuje y los colores utilizados. Nosotros podremos acceder a sus emociones y sentimientos observando estos e interpretar sus sentimientos para poner palabras a aquello a lo que el niño/a es incapaz de nombrar. De este modo, por medio del dibujo y su observación podremos actuar y ofrecerle la ayuda que necesita.

Si hubo una enfermedad previa que causó ese desenlace es mejor que el niño conozca de la enfermedad en su momento, cuando aparece. No esconder esta situación aunque sepamos que va a cabar de esta manera. Si nunca supo que estaba enfermo no entenderá la muerte, y es mas doloroso el duelo de una muerte inesperada. No podemos no preparar al niño para el momento del adios si conocemos de antemano que así será.

Para hablar del duelo con los niños podemos utilizar dos herramientas muy buenas a nuestro servicio: Los cuentos y las imágenes concretas de la naturaleza.

Podemos trabajar la muerte desde historias, contadas o leídas, de personajes con los que se identifiquen que pasen por situaciones parecidas. También con imágenes de la naturaleza de una flor marchita o un pájaro muerto para ir familiarizandole con esta situación.

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Laura Betes López, psicóloga familiar y especialista en la gestión de las emociones infantiles, nos ha dejado una historia escrita con unas cuantas ideas para trabajarla. "Adios Boni" es la historia de una niña, Noemi, que tenía una hermosa relación con su gatita y un día ésta se muere. Noemi debe aprender a superar esta pérdida y su familia la acompaña en el proceso. Es un cuento sobre cómo acompañar la emoción de la tristeza y cómo acompañar a los niños en ese camino. Si quieres leer este cuento y realizar las actividades propuestas por la psicóloga tienes el enlace al documento. También te dejo el enlace al documento sobre como afrontar esta situación del que he sacado el artículo de hoy. Igual al leerlo encontráis algun dato mas "Acompañar el duelo infantil".

Espero que te sirva, a mi me hubiera venido bien saberlo unos años después de la muerte del pez.

Un gorrión bebé apareció en nuestro balcón por arte de magia. Era Sábado a medio día. No podíamos ir al veterinario, ya había cerrado. Nos quedamos al pajarillo con la intención de llevarlo al veterinario el mismo lunes. Hicimos de todo para darle algo de comer pero no quería. El lunes el veterinario nos dio consejos sobre qué y cómo darle de comer, porque ellos no curaban gorriones. Y funcionó, pero también nos dijo que probablemente fuese el mas debil del nido y por eso la madre gorriona lo habría tirado, para dar de comer unicamente a los que si iban a sobrevivir. Emma se indignó mucho con mamá pájaro y se volcó en alimentar al gorrión bebé. Si el consejo de la comida fue acertado también lo fue el pronóstico: "se morirá, no aguantará mucho mas" Emma se esforzó mucho en enseñarle a volar pero se estampaba todo el rato. Aguantó 3 días, a la mañana del 4º dia ni se movió y tuve que darle la mala noticia a la peque. En esta ocasión si sufrió, y tampoco supimos porqué murió. Nos sentamos las dos en la cama y lloramos como magdalenas. Siempre la he dicho que si tiene ganas de reir, ria, y su tiene ganas de llorar, llore. Todas las emociones son necesarias y tenemos derecho a emocionarnos y sacarlo fuera. Así que esa mañana no fue al cole, estábamos de duelo. En esta ocasión no pidió verlo. Antes de que bajara a la sala retiré la caja de cartón donde estaba metido. Me preguntó si había que enterrarlo, que ella no quería ir. Nos despedimos del pájarito desde el sofá, porque al ser católicas, sabemos que dios está en todas partes. Quiso saber si había cielo de pájaros, no suelo hablar de religión con ella, sabe que he sido catequista y que creo en Dios, ella también cree pero no la fuerzo a hacer nada religioso. Si alguna vez la apetece rezar sabe que puede hablar con dios donde sea. La dije que yo no sabía cómo era el cielo, nunca he estado ahí, pero que me lo imagino igual que la tierra, donde cabemos todos. "A lo mejor lo vemos cuando vayamos ahí, mamá" "A lo mejor si, ¿quién sabe?".

Cuando era joven discutia sobre creer y no creer con un compi del instituto, a él le gustaba la filosofía y buscaba la razón de los católicos para creer. Si os soy sincera, yo también. Llegamos a la conclusión de que creer nos ayuda a soportar ciertas cosas con mas entereza, nos da seguridad y calma. Pero tampoco es tan fácil porque no hay una explicación razonable, ni demostrable a ciencia cierta, tienes que creer porque si. Yo creo mas si recuerdo las 5 vias de Tomas de Aquino. Con una de ellas me dejó convencida: "Nada se mueve si no se mueve por otro". No solo sirve para explicar la existencia de Dios, también para convencernos de que somos el causante de todo cambio. Hagamos que ese cambio sea a mejor, podemos empezar por respetar las emociones de los niños y darles el tiempo que necesitan para expresarlas y sanar.

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