Cuando Emma era pequeña en casa había poco juguete comprado (no se qué pasó, ni cuando cambió eso...pero ahora no cabemos). Normalmente jugábamos con cosas que teníamos al alcance, descubríamos cómo jugar a un juego que no teníamos con material diferente. Hoy, releyendo artículos viejos (de hace ya 5 o 6 años), encontré un par de esos y recordé la cara que ponía ella, tan chica aun, al ver que los materiales que ella escogía funcionaban. Me gustaba ver sus ideas y como llegaba a ellas. Y de repente me he dado cuenta de algo, ahora tiene muchos juguetes y va perdiendo la costumbre de inventar, de imaginar.
Quizá es un buen momento para volver a los básicos, jugar a convertir en juguetes cosas que no lo son y pasar el rato juntas imaginando y re-descubriendo antiguos juegos, como los que vienen a continuación. La imaginación es una gran fuente de recursos que vamos cerrando con la abundancia, no permitamos que ocurra. Abre ese grifo al máximo porque cuanto mas lo dejemos correr mas tendremos. Y ademas, ¡¡que narices!!, este agua no se paga.
Aquí os dejo un par de ideas que descubrimos nosotras, os las vuelvo a contar porque los artículos antiguos me pillaron muy novata en esto de blogger y no son como deberían haber sido. Desde ya os reto a usar las redes para contarnos los que hayáis descubierto vosotros.
Una tarde, mientras cenaba Emma (por los horarios escolares no podía hacer siesta, así que cenaba antes para irse a dormir prontito), con una bolsa de gusanitos amarillos delante, tuvimos el primer descubrimiento...
- Play mais barato
Algunos dirán que es una guarrada y no se equivocan, pero en ese momento nos pareció la cosa mas chula del mundo. Y, desde luego, no me podéis decir que no es el play mais barato, ademas ella se acabó la merienda-cena entera cumpliendo el objetivo.
Emma juntó unos gusanitos a modo de arco-iris y yo, después de aplaudir la idea, coloqué otros en forma de casa...fue mi manera de pedirla algo mas complejo y, no recuerdo como empezamos, pero un momento después estábamos chupando los gusanitos para pegarlos unos a otros. Buscábamos en la bolsa el gusanito que tuviera la forma y el tamaño que nos viniera bien para la figura, un intento de que ella practicara la abstracción (pensar en la imagen de algo que no tiene delante y reconocerlo, en aquello que si tiene, usando la imaginación), hasta que Emma se dio cuenta de que si se comía lo que la sobraba del gusanito, no solo disfrutaba del sabor, también acababa la figura mucho mas rápido.
Emma juntó unos gusanitos a modo de arco-iris y yo, después de aplaudir la idea, coloqué otros en forma de casa...fue mi manera de pedirla algo mas complejo y, no recuerdo como empezamos, pero un momento después estábamos chupando los gusanitos para pegarlos unos a otros. Buscábamos en la bolsa el gusanito que tuviera la forma y el tamaño que nos viniera bien para la figura, un intento de que ella practicara la abstracción (pensar en la imagen de algo que no tiene delante y reconocerlo, en aquello que si tiene, usando la imaginación), hasta que Emma se dio cuenta de que si se comía lo que la sobraba del gusanito, no solo disfrutaba del sabor, también acababa la figura mucho mas rápido.
Hoy hay dos cosas que perduran desde ese momento, la ignorancia total sobre como dar color a esos "play mais" baratos sin que se estropeen, y una caja llena de figuras abstractas de gusanitos, entre ellas un sin fin de princesas disney. Emma ya apuntaba maneras, lo suyo eran las muñecas. También puedo aseguraros que los gusanitos, aunque ponga en la bolsa de harina de maiz y queso, no son muy saludables en la ingesta porque después de 5 años siguen en perfecto estado, con mas polvo pero sin ápice de podredumbre...Cuando no los quiere ni el moho no deberíamos comerlos nosotros. 😆
Por si no conocéis el material comercial (los verdaderos play mais) aquí os pongo un vídeo:
Dicen que los descubrimientos se dan por casualidad, y no es muy diferente cuando hablamos de jugar a juegos con materiales que tenemos a mano...
La segunda idea que os traigo fue 100% casualidad. Emma tendría algo mas de 2 años y practicábamos el uso del orinal, nada mas despertar, tras la comida y antes de acostar. Normalmente llevábamos un cuento que leer para amenizar la espera, sin embargo esa vez usamos algo diferente.
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